La agricultura industrial tiene un impacto inevitable en el medio ambiente. Esto se debe al uso de métodos intensivos que buscan fomentar la producción, pero que muchas veces no toman en cuenta la estabilidad de los ecosistemas y la protección de los recursos naturales. De este modo, se han realizado diferentes estudios para conseguir una mejor sustentabilidad.
Aunque no cabe duda que hay varios factores involucrados, tales como la tecnología y los productos fitosanitarios que se emplean en los cultivos, también es importante que los consumidores finales establezcan una relación más cercana con las empresas, de tal modo que puedan exigir mejores prácticas orientadas a una agricultura sostenible.
En el caso de España, la empresa Grupo Lucas ha tomado la decisión de implementar medidas innovadoras, las cuales tienen como objetivo mejorar la producción en sus fincas y al mismo tiempo colaborar con la conservación de los recursos naturales. Asimismo, trabaja en conjunto con organizaciones que ofrecen ayuda a personas que viven en situación de precariedad, buscando que tengan una mejor calidad de vida y puedan cubrir sus necesidades básicas.
Por otro lado, no hay que olvidar que el sector privado busca obtener beneficios que le permitan tener éxito en un mercado cada vez más competitivo. De esta manera, la relación entre los productores y consumidores no tiene que estar limitada a garantizar la estabilidad del medio ambiente, sino que debe trascender hasta dimensiones ideológicas. Solo de esta forma se podrá acceder a un bienestar mutuo, que se vea reflejado en transacciones que sigan generando ganancias para las empresas.
A pesar de lo antes mencionado, es importante reconocer que varios sistemas de agricultura industrial han permitido que los consumidores puedan acceder a productos más económicos. Lo importante en este punto, es nunca priorizar un ahorro inmediato, que pueda ser el resultado de usar tecnologías y productos fitosanitarios que afectan negativamente a los ecosistemas. Aunque no veamos las consecuencias a simple vista, nuestros hijos y su descendencia comprenden la generación que se verá más afectada.
Finalmente, solo queda decir que todas las personas estamos en la obligación de investigar y tomar decisiones inteligentes a la hora de comprar en supermercados, ya que en la mayoría de casos están dedicados a la distribución de productos industrializados. A pesar de que algunos sí están respaldados por empresas que siguen prácticas éticas y responsables, muchas veces su adquisición solo favorece al deterioro medioambiental.
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