Esta vida en la que vivimos en la que el estrés se ha convertido en nuestro fiel compañero, es donde nos damos cuenta de que nos hemos convertido casi en máquinas, personas que vamos de un lado para otras metidas en un bucle del que nos resulta muy difícil salir. Nos hemos acostumbrado a realizar cada día las mismas actividades, cada día nos levantamos por la mañana al menos en mi caso, recojo, levanto a las niñas, les doy el desayuno, las llevo al cole, voy directa al trabajo, a mediodía las recojo, vuelvo a casa hago la comida, limpio la cocina, llevo a mis hijas a extraescolares, volvemos, baños, cenas y a dormir, así día tras día, sin ningún tipo de cambio. Es normal que todo lo hagamos casi con los ojos cerrados y que cualquier cambio que tengamos acabe olvidándose, ya que al no estar acostumbrados a cambios no recordamos que debemos hacerlo, por lo que yo al menos por mi parte debo casi que ponerme una alarma en el móvil para saber que tipo de cambio tengo al día siguiente.
En la oficina es lo mismo, cuando una persona está acostumbrada a realizar las mismas cosas día tras día, es probable que cuando le pidan algo nuevo lo olvide casi sin darse cuenta, la falta de la costumbre llega a ser frustrante y nos lleva a tener incluso que apuntar las cosas para que no se nos olviden. Desde luego también tiene mucho que ver todo lo que llevamos encima de los hombros, todo lo que nos hace no llegar ni a tiempo, así que para que eso no ocurra yo he pensado en utilizar las etiquetas autoadhesivas, lo bueno es que se pueden pegar en cualquier sitio y así no se olvida nada, en la mesa de mi oficina tengo unas cuantas pegadas, dándome la seguridad de que no se me quede nada en el tintero. Puede que en principio parezca un engorro pero todo es ir acostumbrándose, a mí personalmente me viene muy bien, así que no dejo que me falte, entro en la web www.etiquetas-autoadhesivas.es y consigo que me manden un buen lote de ellas, como además son de colores puedo poner según qué color en un sitio diferente y así lo tengo todo más controlado. Desde luego dicen que quien no se apaña es porque no quiere, y no le falta razón.
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